El Amazonas es la selva tropical más grande de todo nuestro planeta. Tiene aproximadamente la mitad del tamaño de los Estados Unidos y es hogar de innumerables especies de fauna y flora. Se le conoce como el “pulmón del planeta” ya que produce el 20% del oxígeno de la atmósfera, siendo su existencia, por tanto, vital para desacelerar el calentamiento global y frenar el cambio climático. Sin embargo, poco después de haber visto los incendios que amenazaban el Ártico, ahora estos días estamos viendo como enormes incendios del Amazonas se están llevando todo a su paso.
La región amazónica brasileña está sufriendo los peores incendios forestales de los últimos años. Estos incendios del Amazonas están ardiendo a la velocidad más alta desde que el centro de investigación espacial del país, el Instituto Nacional de Investigación Espacial (conocido por la abreviatura INPE), comenzó a rastrearlos en 2013.
El programa satelital de la Unión Europea, Copérnico, publicó un mapa que muestra el humo de los incendios que se extienden por todo Brasil hasta la costa este del Atlántico. El humo ha llegado hasta Sao Paulo, a más de 2.735 kilómetros de distancia. Ha cubierto casi la mitad del país e incluso se está extendiendo a los vecinos de Perú, Bolivia y Paraguay.
El municipio de Corumbá, que está localizado en la frontera entre el estado de Mato Grosso do Sul (Brasil) y el país vecino, Bolivia, es el más afectado por los focos de incendio, convirtiéndose en el récord de incendios.
Además, los incendios del Amazonas se extienden por zonas protegidas de Amazonia, como el Parque Nacional Chapada dos Guimarães en Mato Grosso y las tierras indígenas de Jaci-Paraná en Rondonia, así como se disparó el número de focos en el famoso Pantanal de Brasil, el cual ocupa cerca de 137 mil km2 del país, extendiéndose por Mato Grosso y Mato Grosso do Sul, pero también por el norte de Paraguay y el este de Bolivia. De hecho, de acuerdo con el Observatorio del Pantanal, la región perteneciente a Bolivia perdió 5 mil hectáreas por los incendios, solamente en julio de 2020.
Hay que destacar que según el INPE, más de 1,5 campos de fútbol de la selva del Amazonas son destruidos cada minuto de cada día.
Causas de los incendios del Amazonas
Según organizaciones ambientales e investigadores, los incendios forestales en la selva del Amazonas fueron provocados por ganaderos y madereros que quieren limpiar y utilizar la tierra después de deforestar, envalentonados por el presidente proempresarial del país y aprovechando la situación de pandemia, como consecuencia del coronavirus.
“La gran mayoría de estos incendios están encendidos por humanos. Los granjeros y rancheros han usado el fuego durante mucho tiempo para despejar la tierra y probablemente estén detrás de la cantidad inusualmente grande de incendios”, dijo Christian Poirier, director del programa de la organización sin fines de lucro Amazon Watch. Agregó que “incluso durante las estaciones secas, el Amazonas, una selva húmeda, no se incendia fácilmente, a diferencia del bosque seco en California o Australia”, por lo que estos incendios no son debidos a causas climáticas.
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Además, los incendios se ajustan a un patrón agrícola estacional establecido. Es el mejor momento para quemar porque la vegetación está seca. Los agricultores esperan la estación seca y comienzan a quemar y limpiar las áreas para que su ganado pueda pastar. No obstante, la falta de prevención ante incendios, hace que estos fuegos se propaguen a zonas que no estaba previsto quemar y solo se frene por la lluvia o por barreras de vegetación más densas y más húmedas.
Como dijimos, la proliferación de los incendios tiene su origen en la deforestación. En lugar de selva, el poderoso sector agropecuario brasileño, que siente que tiene carta blanca con la llegada a la presidencia de Jair Bolsonaro, quiere grandes áreas de pastoreo o sembrado. La deforestación ha cobrado un fuerte impulso con la llegada del ultraderechista y se ha incrementado un 273%. Con Bolsonaro ha aumentado la ocupación ilegal de tierras de la selva y su deforestación permite especular y venderlas. Bolsonaro ha debilitado el sistema de controles sobre la deforestación, a la vez que anima a los intereses agroindustriales y mineros a expandir en áreas protegidas de la selva amazónica.
Por tanto, “la postura favorable a las empresas de Bolsonaro, puede haber envalentonado a los madereros, agricultores y mineros a tomar el control de un área en crecimiento de tierras amazónicas”, dijo Carlos Rittl, secretario ejecutivo de la organización ambiental sin fines de lucro Observatorio do Clima.
Consecuencias de los incendios del Amazonas
A corto plazo, los incendios del Amazonas tendrán las consecuencias de los incendios forestales de las que ya hemos hablado, pero además, en el Amazonas, las llamas actúan a nivel del suelo, lo cual ya es suficiente para matar a árboles grandes. Los árboles muertos pierden sus hojas, haciendo que entre más luz del Sol en la selva, lo que hace que la vegetación se vuelva más inflamable.
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En el mejor de los casos, es decir, si no hay más incendios, se tardan varias décadas en recuperar la misma densidad de vegetación. En algunas zonas quemadas, el espacio es invadido por especies vegetales de zonas más secas e impide que regrese la vegetación que había antes.
Sin embargo, a largo plazo, la selva del Amazonas podría convertirse de forma irreversible en una sabana seca, que ya no será habitable para gran parte de su vida silvestre. Si esto sucede, en lugar de ser una fuente de oxígeno, podría comenzar a emitir carbono, el principal impulsor del cambio climático.
Asimismo, con un 5% adicional de destrucción del Amazonas, podremos provocar cambios irreversibles que afecten el régimen de lluvias en el resto del país. Las inundaciones, la desertificación, los riesgos para la agricultura, los vientos extremos, la invasión de las zonas costeras por el mar y las olas de calor, constituyen un drama anticipado.
Fuentes: CNN Español y elPeriódico
