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La vulnerabilidad de las especies frente al cambio climático en España

29/05/2024
vulnerabilidad de las especies frente al cambio climatico portada

En este artículo científico sus autores recogen información de estudios sobre la vulnerabilidad de las especies frente al cambio climático en España, así como discuten algunos conceptos fundamentales, como los factores que determinan dicha vulnerabilidad y su vinculación con propuestas de estrategias de gestión concretas.

Presentación e Introducción

La vulnerabilidad de las especies frente al cambio climático, un reto urgente para la conservación de la biodiversidad es un artículo de carácter científico elaborado por Arribas, P., Abellán, P., Velasco, J., Bilton, D., Lobo, J., Millán, A., y Sánchez-Fernández, publicado en diciembre de 2012 en la revista Ecosistemas, en el que se discuten algunos conceptos como los factores que determinan la vulnerabilidad de las especies frente al cambio climático y su vinculación con propuestas de estrategias de gestión concretas, con ejemplos centrados en España.

El actual cambio climático constituye una de las principales amenazas para el futuro de la biodiversidad, especialmente en regiones como la Cuenca Mediterránea, donde se prevén incrementos significativos en la temperatura media y en la severidad de las sequías, lo cual plantea nuevos desafíos a la biología de la conservación, como la adaptación de sus herramientas y principios clásicos para incorporar las diferentes respuestas de los organismos ante este escenario, siendo esto fundamental para llevar a cabo una gestión efectiva de las especies y sus hábitats.

mapa cuenca mediterranea vulnerable al cambio climatico

A pesar de que recientemente se han realizado numerosos estudios evaluando los efectos del cambio climático sobre la biodiversidad y las respuestas potenciales de distintos grupos de organismos ante él, esta información apenas se ha traducido en propuestas de gestión concretas que permitan minimizar su impacto sobre las especies.

Así pues, en este artículo, sus autores recogen algunos de estos estudios (con especial énfasis en los centrados en la Península Ibérica), y discuten (con ejemplos) algunos conceptos fundamentales en este campo, como los factores que determinan la vulnerabilidad de una especie frente al cambio climático y su vinculación con propuestas de estrategias de gestión concretas.

¿Qué determina la vulnerabilidad de las especies frente al cambio climático?

La vulnerabilidad de una especie ante el calentamiento global hace referencia a su capacidad para responder y adaptarse a las nuevas condiciones climáticas, de manera que aquellas especies que tengan una capacidad de respuesta limitada, serán las más vulnerables. En este sentido, la vulnerabilidad de una especie ante el cambio climático dependerá fundamentalmente de dos factores: i) su capacidad para mantener poblaciones en su área de distribución actual a pesar del cambio en las condiciones ambientales (persistencia), y ii) el potencial para colonizar zonas actualmente deshabitadas pero que serán climáticamente favorables en el futuro.

En el primer caso, las especies con mayor capacidad de persistencia serán aquellas que tengan amplios rangos de tolerancia climática y alta plasticidad para adecuar sus preferencias a las nuevas condiciones climáticas en las localidades habitadas. Así, sin necesidad de modificar su rango de distribución, las especies pueden lidiar con el cambio en las condiciones climáticas de sus localidades si estas nuevas condiciones se encuentran dentro de sus rangos de tolerancia. Incluso cuando el cambio en las condiciones ambientales supere la tolerancia para alguna de las variables climáticas, las especies pueden resistir el cambio climático modificando su fenología, su ritmo de actividad diaria o sus preferencias de hábitat o microhábitat y, a mayor escala temporal, las poblaciones pueden incluso variar sus frecuencias génicas mediante procesos microevolutivos que promuevan la adaptación a las nuevas condiciones locales.

Pese a que los estudios que evalúan la persistencia potencial de los organismos al cambio climático son escasos, la tolerancia a las altas temperaturas, así como la capacidad de aclimatación térmica han sido identificadas como buenos indicadores de la viabilidad futura de las poblaciones y/o especies en sus emplazamientos actuales.

En el segundo caso, la modificación del área de distribución (migración) puede considerarse el mecanismo de respuesta más inmediato. En este caso, el éxito de una especie conllevará una modificación en la forma y/o tamaño de su área de distribución actual que dependerá de i) la cantidad y conectividad de las regiones que en el futuro tendrán condiciones climáticas adecuadas, y ii) la capacidad de la especie para desplazarse y colonizar estas nuevas áreas habitables.

imagenes de cambio climatico

Modelos de distribución y su aplicación a la gestión de especies y espacios ante el cambio climático

Para las especies ya amenazadas, es decir, aquellas especies que se encuentran en peligro de desaparición debido al efecto de factores de estrés natural o antropogénico, el cambio climático puede constituir una nueva e importante amenaza, ya sea actuando de forma aislada o sinérgicamente junto a otras. Por tanto, es necesario incluir en estos casos medidas específicas en los planes de gestión de estas especies y de los espacios en donde habitan que permitan mitigar el impacto del cambio climático.

Hasta la fecha de este artículo (2012), la mayor parte de los estudios que han evaluado la vulnerabilidad de las especies frente al cambio climático se basaron en los modelos de distribución de especies, los cuales establecen la influencia de las variables climáticas sobre la distribución geográfica de una especie para generar mapas de idoneidad climática, y cuyas predicciones derivadas son de gran utilidad para adaptar los planes de conservación de las especies a un contexto de cambio climático.

Estos modelos permiten no sólo hacer una estima del cambio en el área de distribución con condiciones climáticas adecuadas para cada especie (ganancia o pérdida), sino también segregar las áreas que podrían actuar como refugios climáticamente estables de aquellas otras en las que las poblaciones serían más vulnerables como consecuencia de cambios drásticos en sus condiciones climáticas.

De manera similar, estas predicciones permiten identificar regiones no ocupadas en la actualidad por las especies, pero que serían climáticamente favorables en el futuro y que, por tanto, podrían actuar como áreas receptoras para estas especies. Por ejemplo, en el caso de las especies de vertebrados ya amenazados de la Península Ibérica, se ha visto con estos modelos que perderán las condiciones climáticas favorables en un 13% de la superficie que ocupan actualmente, tendiendo lugar la mayor pérdida en las zonas de menor altitud y los valles cercanos al sistema Central, Sierra Morena y Picos de Europa, pero también las serranías de Cádiz en el sur, y en el norte las áreas comprendidas entre los límites del País Vasco y Navarra, sur de Galicia y norte de Zamora. Por otro lado, las regiones climáticamente favorables para ellos serían zonas más elevadas, sin embargo, buena parte de estas zonas se encuentran ya alteradas por la acción humana. La tendencia general en este caso, es que el tercio septentrional de la Península y la cuenca del Guadalquivir actuarían como áreas con escasa capacidad para alojar las distintas especies de vertebrados amenazados en el futuro. Teniendo en cuenta la alta fragmentación de las zonas con usos del suelo naturales en la Península Ibérica, los cambios estimados en las condiciones climáticas podrían suponer importantes impactos en la futura viabilidad de las especies de vertebrados amenazados, incrementándose todavía más su grado de amenaza actual.

Asimismo, los modelos de distribución de especies pueden ser especialmente relevantes para la gestión y conservación de aquellos grupos que, como en el caso de los invertebrados, carecen de una información exhaustiva sobre su ecología, demografía y/o historia natural y en los que, por tanto, otro tipo de evaluaciones de su vulnerabilidad actual y también futura no son posibles.

sapo iberico amenazado vulnerable al cambio climatico

La integración de las estimas individuales de cambio en la distribución de las condiciones climáticas adecuadas para múltiples especies tiene, a su vez, una gran utilidad para adaptar las actuales estrategias de protección de áreas en el marco del cambio climático. Así, considerando estos potenciales desplazamientos en las distribuciones de las especies, se puede i) evaluar la efectividad de las redes actuales de espacios protegidos en la representación actual y futura de la biodiversidad, adaptando así sus planes de gestión, e ii) identificar aquellas regiones naturales actualmente sin protección que podrían jugar un papel relevante en la conservación futura de esa diversidad, aportando un valor añadido para la protección de estas zonas. Esta información resulta de gran utilidad para la elaboración de los planes de gestión a aplicar sobre dichas áreas, ya que permite gestionar el territorio anticipándose a la llegada de determinadas especies.

En el caso de España, un estudio muestra que el cambio climático podría disminuir drásticamente la representatividad climática de los Parques Nacionales, reduciendo su actual capacidad para albergar el espectro de condiciones medioambientales peninsulares y, probablemente, también su capacidad para asegurar la persistencia de los organismos que los habitan. En general, las regiones colindantes a los Parques Nacionales podrían presentar en el futuro condiciones similares a las que actualmente tienen éstos y, por tanto, podrían ser receptoras potenciales de gran parte de la biodiversidad que actualmente albergan estos espacios protegidos. El cambio climático puede provocar que cada espacio protegido sea receptor en el futuro de fauna y flora que, actualmente, encuentra condiciones favorables en otros territorios y, a la vez, actúe como “emisor” de otras especies. Debido a ello, es urgente y prioritario realizar un manejo integrado de la red de espacios protegidos y sus áreas adyacentes, adecuando además los planes de gestión de cada uno de ellos a fin de vigilar, facilitar y adaptar su jurisdicción a las nuevas presiones y cambios que se avecinan. La delimitación de nuevas áreas con potencial para actuar como “corredores ecológicos”, el manejo racional y sostenible del conjunto del territorio y la elaboración de estrategias de adaptación basadas en evidencias científicas, deberían ser la norma de actuación si queremos conservar la biodiversidad ibérica ante el cambio climático.

Parque Natural de Montfrague

Evaluación integrada de la vulnerabilidad de las especies frente al cambio climático y estrategias de conservación

A pesar de la utilidad de los modelos de distribución, si las evaluaciones de la vulnerabilidad de las especies ante el cambio climático se basan sólo en estimar dónde se encontrarán las condiciones climáticas adecuadas para las mismas en el futuro, se podría subestimar su verdadera capacidad de persistencia en sus emplazamientos actuales. Asimismo, estas evaluaciones también pueden sobrestimar la capacidad real de las especies para dispersarse y acceder a las nuevas regiones con condiciones futuras adecuadas, ya que, aunque las especies tengan mayor espacio con clima adecuado en el futuro, este puede ser inaccesible para aquellas con escasa capacidad de dispersión. Además, hay que tener en cuenta que estos modelos no suelen proponer acciones precisas que faciliten la adaptación al mismo y, en los casos en los se han propuesto algunas recomendaciones, estas son poco concretas y centradas en la priorización de nuevas áreas a proteger.

En este sentido, la evaluación integrada de la vulnerabilidad de las especies al cambio climático, es decir, la combinación de otros determinantes de la vulnerabilidad de las especies (ej. la capacidad de persistencia y de colonización) con las predicciones obtenidas mediante los modelos de distribución, permite evaluar de una manera más precisa el potencial de respuesta de las especies al cambio climático. Esto facilita en gran medida la propuesta de estrategias de gestión concretas, ya que permite tener en cuenta la respuesta diferencial de cada especie frente al cambio climático y, por tanto, puede ser especialmente relevante para reevaluar y adaptar los planes de conservación de las especies amenazadas y sus hábitats.

Para aquellas especies con elevada capacidad para soportar las condiciones climáticas futuras sin necesidad de dispersarse (ej. por poseer una amplia tolerancia a temperaturas elevadas o capacidad para adaptar sus ciclos de actividad a las nuevas condiciones ambientales), la gestión in situ, esto es, la focalización de los esfuerzos de conservación y mitigación de impactos en las localidades actuales, podría ser la medida más efectiva para promover su viabilidad ante el cambio climático. Mientras que en el caso de aquellas especies con una escasa capacidad para permanecer en sus localidades actuales, una parte importante de los esfuerzos de conservación deberían estar enfocados a facilitar el desplazamiento o modificación de sus áreas de distribución. En este caso, la protección de las áreas que probablemente actuarán en el futuro como refugios es fundamental, así como promover el acceso de las especies a estas nuevas regiones, por ejemplo, mediante la creación de “corredores biológicos” o, en los casos más extremos, a través de la “colonización asistida”. Por tanto, la evaluación de la capacidad de migración de las especies, ofrece una información fundamental para determinar las estrategias específicas a aplicar a fin de facilitar la colonización a esas nuevas áreas de las poblaciones más vulnerables.

coleoptero iberico de rio salino vulnerable al cambio climatico

No obstante, las especies pueden verse afectadas por el calentamiento global de manera muy diferente, a pesar de mostrar similares características ecológicas y biogeográficas, y ser incluidas en el mismo nivel de amenaza en base a las categorizaciones tradicionales. A modo de ejemplo, un estudio muestra que, aunque las tres especies estudiadas de coleópteros ibéricos amenazados cohabitan en ríos salinos (compartiendo gran parte de sus áreas de distribución), el impacto del cambio climático en cada una de ellas podría ser muy dispar, debido a que presentan diferencias importantes en su tolerancia al estrés térmico, en su capacidad de dispersión y en la disponibilidad de áreas climáticamente adecuadas en el futuro.

Así pues, queda patente que la evaluación de los determinantes de la vulnerabilidad de las especies ante el cambio climático ofrece un complemento efectivo para las herramientas y estrategias de conservación de la biodiversidad existentes, permitiendo focalizar y ajustar los recursos y esfuerzos de gestión para mitigar los impactos del cambio climático sobre las especies y por tanto, maximizando su protección, algo que es especialmente relevante para las ya amenazadas.

esquema gestion vulnerabilidad de las especies frente al cambio climatico

Finalmente, cabe indicar que existe una desconexión evidente entre científicos y gestores del medio natural; entre conocimiento científico y práctica de conservación. Esta falta de comunicación está especialmente acentuada en el caso de la adaptación de las estrategias de gestión de la biodiversidad ante el cambio climático, en otras palabras, la mayor parte de los esfuerzos de modelado que se hacen en las investigaciones sobre el cambio climático no tienen un impacto real en la forma en la que gestionamos nuestra biodiversidad. Esta situación es debida en parte al importante grado de incertidumbre asociado a los resultados de los modelos de distribución de especies proyectados al futuro, pero también a la escasa atención y participación de expertos en el diseño y puesta en marcha de las estrategias de conservación.

En este sentido, las evaluaciones integradas de la vulnerabilidad de las especies ante el cambio climático, por suponer una importante reducción de la incertidumbre asociada a los resultados teóricos, podrían tender un puente fundamental para acercar ambas partes y llevar a cabo una gestión efectiva de la biodiversidad en el contexto del calentamiento global.

Así, para los científicos, la obtención de datos experimentales que permitan estimar la capacidad de persistencia y migración de las especies, junto con el desarrollo de metodologías y protocolos que combinen dicha información con los modelos de distribución y faciliten su traducción a estrategias de gestión concretas, deberían ser objetivos prioritarios a fin de lidiar con el desfase teórico-práctico. Y por el lado de los gestores, es necesario un fuerte compromiso y la focalización de esfuerzos y recursos, de modo que las evidencias científicas sean consideradas y constituyan un elemento fundamental para la gestión de los sistemas naturales.

Asimismo, en el caso de España, a pesar de que dicha conexión es una necesidad oficialmente reconocida, el proceso de adecuación de los planes y estrategias de conservación al cambio climático ha sido escasamente afrontado. Se trata de un reto necesario y urgente en el que todos estamos implicados y del que dependerá el futuro de nuestra biodiversidad.

Fuente de este artículo

Este artículo fue publicado originalmente en la revista Ecosistemas bajo la referencia: Arribas, P., Abellán, P., Velasco, J., Bilton, D., Lobo, J., Millán, A., & Sánchez-Fernández, D. (2012). La vulnerabilidad de las especies frente al cambio climático, un reto urgente para la conservación de la biodiversidad. Ecosistemas, 21(3), 79-84. https://doi.org/10.7818/ECOS.2012.21-3.10, estando disponible con acceso libre a su pdf tanto en la propia web de Ecosistemas como en ResearchGate.

La vulnerabilidad de las especies frente al cambio climático en España
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La vulnerabilidad de las especies frente al cambio climático en España
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En este artículo científico sus autores recogen información de estudios sobre la vulnerabilidad de las especies frente al cambio climático en España, así como discuten algunos conceptos fundamentales, como los factores que determinan dicha vulnerabilidad y su vinculación con propuestas de estrategias de gestión concretas.
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