Cosmética Natural. Cosméticos ecológicos, cosméticos naturales, cosméticos veganos y orgánicos: identificación y marcas
Actualizado el jueves, 23 marzo, 2023
El interés por los productos naturales y respetuosos con el medio ambiente está en alza, y la cosmética también se suma a esta tendencia. Cada vez, son más las personas que deciden dar el salto a la vida “eco” y saludable, lo cual implica el uso de una cosmética natural. La alimentación healthy es un campo que lleva años desarrollándose, pero en el mundo de la belleza, el boom es relativamente reciente. No obstante, eliminar las sustancias químicas y potencialmente tóxicas de la formulación de los productos de belleza, es esencial para un cuidado integral de nuestra piel. Por ello, son muchas las marcas que apuestan por ofrecer cosméticos ecológicos y/o veganos.
En este artículo, os ayudamos a saber identificar este tipo de cosméticos correctamente, en base a sus ingredientes y certificaciones, y os indicamos algunas marcas maquillaje ecológico o marcas cosmética natural sin parabenos, destacables.
¿Qué es la cosmética natural?
La cosmética natural engloba todos aquellos productos que utilizan materias primas de origen natural (miel, leche, cera de abeja, aceite de oliva, de jojoba o de karité), que han pasado por un proceso de transformación posterior con la mínima intervención de aditivos o transformaciones químicas, y que no son perjudiciales para el medio ambiente y la salud de las personas.
Tal y como explican desde Adonia, una de las cadenas de tiendas de referencia en lo que a cosmética natural profesional y certificada se refiere, “los cosméticos naturales están compuestos por extractos de plantas, aceites vegetales y esenciales, mantecas, ceras y perfumes, extraídos de la naturaleza y que el cuerpo sí reconoce y sabe aprovechar al máximo sus propiedades. Además, al no contener ingredientes sintéticos, se adapten a nuestra piel de forma natural, minimizando posibles alergias o problemas en la piel”.
Sin embargo, técnicamente es complicado elaborar un cosmético solo con ingredientes naturales. Por ejemplo, no hay un detergente natural en la naturaleza: se tiene que obtener a través de un proceso, y ahí está otra clave para considerarlo natural o no. Además de los ingredientes, se trata de saber si ese proceso es más o menos contaminante. Por lo tanto, en la cosmética natural, los ingredientes tienen que ser naturales o derivados de ingredientes naturales y obtenidos por procesos lo menos agresivos posibles, de manera que, en ese derivado de esos ingredientes naturales, no haya ningún tipo de residuo tóxico contaminante. Asimismo, el packaging debe ser de material reciclado.
Una de las ventajas de la cosmética natural, es que al utilizarla no deja residuos, por ejemplo, los jabones o geles de ducha orgánicos, no dejan restos en el agua; siendo igual de efectivos, a nivel de higiene, que los convencionales. Otra ventaja es que la cosmética natural es apta para todas las personas, con las restricciones habituales de las alergias a ciertos compuestos. Otro beneficio de los cosméticos naturales, es que respetan la composición de la piel, de modo que la nutren y ayudan a su regeneración, de igual forma que lo hacen los alimentos que ingerimos por dentro, pero, en este caso, desde fuera. Además, cuando se usa un cosmético ecológico para la piel, te das cuenta de que a lo mejor no necesitas aplicarlo todos los días, sino que usándolo de vez en cuando ya es suficiente, por lo que también rinden más.
Ingredientes de los cosméticos ecológicos, orgánicos, naturales y veganos, certificados
Cosméticos ecológicos, cosméticos orgánicos, cosméticos bio, cosméticos veganos…¡vaya lío! ¿Cómo identificarlos? ¿Hay realmente diferencia/s entre ellos? El uso de estas distintas denominaciones, pueden confundir a los consumidores. De hecho, muchas empresas aprovechan para sacar partido de estas etiquetas, sobre todo, teniendo en cuenta que, en el mundo de la cosmética, los términos “natural” y “ecológico” no están protegidos por ley, a diferencia de como sucede en otras áreas como alimentación, donde están sujetas a una reglamentación europea. Es decir, no hay una regulación pública que delimite claramente cuándo se puede hablar de cosmética ecológica o cosmética natural, pero sí hay normativas privadas que ordenan este tipo de productos y que han sido desarrolladas por entidades especializadas en el sector. Por lo general, en esas normativas privadas hay una base común, una serie de criterios que, más o menos, todos los productores cumplen, ya sea de porcentajes o del tipo de ingredientes que se admiten o se rechazan en cada categoría.
Así pues, podemos hablar de los siguientes tipos de cosméticos:
- Cosmética natural: un cosmético, para ser certificado como natural, tiene tener un mínimo de ingredientes naturales (no obtenidos por síntesis química), lo normal es 95%, los cuales respetan el medio ambiente en todos los procesos, y no están testados en animales en ninguna etapa del producto.
- Cosmética orgánica, cosmética ecológica o cosmética biológica: las palabras “ecológico, biológico y orgánico”, se suelen utilizar indistintamente, al no existir una legislación que regule este tipo de productos, queda en manos de la empresa la utilización de la nomenclatura que crea más adecuada. De todas formas, en los tres casos, un mínimo del 10% del total de los ingredientes, además de ser naturales, deben proceder de agricultura biológica, basada en la no utilización de fertilizantes, pesticidas ni herbicidas químicos, entre otros aspectos. En teoría, los tres términos, cosmético orgánico, “bio” o cosmético biológico y “eco” o cosmético ecológico, son sinónimos, y se pueden utilizar indistintamente desde el punto de vista de la certificación, aunque en los diccionarios encontremos matices que los diferencian. En caso del término orgánico, éste deriva del inglés, ya que a la agricultura ecológica se la denomina “organic farming”, y de ahí se ha adoptado la palabra “orgánico” para definir lo que es ecológico. Eso sucede sobre todo en Latinoamérica, donde se llama cosmética orgánica a la que en Europa se denomina ecológica.
- Cosmética vegana: los cosméticos veganos, además de tener componentes naturales, eliminan de su formulación cualquier ingrediente procedente de un animal o generado por él.
- Cosmética cruelty free: a lo largo de la historia de la cosmética, los ensayos de los productos se han realizado en animales vivos. En la Unión Europea, la eliminación de estas pruebas fue algo progresivo desde el 2004, hasta su total prohibición en 2013. A pesar de ello, la lucha continúa, ya que en el 80% de los países aún es una práctica legal y hay marcas que testan en animales. La aparición del cruelty free logo en el etiquetado de un producto, asegura que éste no ha sido testado en animales (ni el cosmético ni sus ingredientes).
Una vez visto esto, ¿cómo saber qué tipo de cosmético se está comprando realmente? Por un lado, debemos fijarnos en sus ingredientes. Según el INCI (International Nomenclature of Cosmetics Ingredients), los ingredientes químicos o sintéticos se escriben en inglés y los naturales en latín. Además, el orden es primordial, ya que van de mayor a menor porcentaje o presencia. Los cosméticos naturales, se clasificarán en función del porcentaje de ingredientes ecológicos que contengan, y de que no utilicen determinados ingredientes muy perjudiciales. Los principales componentes o ingredientes que debemos evitar y por ello, rechazar el producto que nos están vendiendo si están presentes son:
- Formaldehído: es un componente químico con propiedades antisépticas. Penetra por inhalación y es irritante de las vías respiratorias. Según la OMS, esta sustancia es potencialmente peligrosa y hay estudios que la relacionan con diferentes casos de cáncer.
- Parabenos: son conservantes usados para evitar la proliferación de bacterias y moho. Pueden imitar el comportamiento de los estrógenos y favorecer el crecimiento de tumores asociados a los niveles de esta hormona.
- Dietanolaminas, monoetanolaminas y trietanolamina: se emplean como emulsionantes y en jabones. Desde la Food and Drug Administration, reconocen que pueden dañar los folículos pilosos.
- Ftalatos: también actúan como disruptores hormonales.
- Sales de aluminio o clorohidrato de aluminio: su uso en desodorantes se ha asociado con el cáncer de mama.
Por otro lado, a la hora de comprar, debemos buscar cosméticos ecológicos con una certificación para poder estar seguros de que se han seguido los criterios que establece una norma, que debe estar publicada y puede ser consultada. Actualmente, las normas y certificaciones para la cosmética natural y ecológica son privadas, esto quiere decir que no hay regulaciones oficiales, con lo cual, se ofrecen una gran variedad de sellos, y no todos implican el mismo rigor, minuciosidad y estudio que requiere la certificación para este tipo de producción.
Las principales normas de certificación de cosméticos que se pueden encontrar en España, establecen categorías según el porcentaje de ingredientes ecológicos que lleve el producto, y el etiquetado refleja estas clasificaciones. Así, por ejemplo, en la norma BioVidaSana hay tres categorías:
- Categoría I: productos ecológicos que contienen más de un 90% de ingredientes ecológicos.
- Categoría II: productos naturales que tienen entre un 89% y un 15% de ingredientes ecológicos (el porcentaje ecológico debe indicarse en la etiqueta).
- Categoría III: los productos con menos de un 15% de ingredientes ecológicos.
Otras normas o sellos reconocidos y que certifican que los productos que compramos son lo que dicen ser, son:
- BDIH: avala un proceso de manufactura responsable, respetuoso y sostenible.
- COSMEBIO (BIO): asegura que los productos contienen, al menos, el 95% de ingredientes de origen natural.
- CRUELTY FREE: la ONG PETA certifica que el producto no se ha testado en animales y que el producto es vegano.
- ECOCERT: garantiza que el 95% de los ingredientes son de origen natural y que es respetuoso con el medio ambiente.
- FAIR TRADE CERTIFIED: certifica que sus ingredientes son 100% procedentes de mercado justo.
- LEAPING BUNNY: producto sin crueldad animal. Primark ha sido el primer retail en conseguirlo.
- NATRUE: admite solo ingredientes orgánicos y naturales y prohíbe los modificados genéticamente.
- NPA: asegura que al menos el 95% de los ingredientes son de origen natural y el packaging es reciclado.
- NSF/ANSI 305: los productos contienen al menos una concentración del 70% de ingredientes orgánicos.
- USDA ORGANIC (sello NOP): certificado del gobierno de Estados Unidos que certifica que el 95% del producto proviene de producción orgánica. Esta norma no es específica para cosmética, es para productos agrícolas y alimentarios, por lo que solamente se pueden certificar productos cosméticos con el sello NOP si pueden cumplir con los mismos requisitos que tiene que cumplir un producto alimentario.
Maquillaje ecológico, maquillaje bio, maquillaje orgánico y maquillaje vegano
En el caso concreto del maquillaje, el uso del término “natural” suele ser abusivo, de tal forma que muchas veces aparece cuando el producto solo lleva algunos ingredientes naturales, por lo que no quiere decir que se trate de un maquillaje sin tóxicos, con lo que hay que tener cuidado.
Sin embargo, el verdadero maquillaje bio o ecológico, elimina la mayoría de estos ingredientes dañinos y nos garantiza que usamos un maquillaje mucho más saludable. Aun así, hay productos, como por ejemplo los esmaltes de uñas, que por el momento no consiguen eliminar todos los ingredientes perjudiciales, y por ello, se habla de esmaltes “5 free”, “8 free” y sucesivamente, que eliminan los ingredientes más peligrosos, como el formaldehído.
¿Y cuáles son las cualidades o beneficios del maquillaje orgánico? En primer lugar, la piel respira libremente, ya que es un tipo de maquillaje que tiende a no taponar los poros, y es el único que pueden usar personas con intolerancias, siendo perfecto para las mujeres embarazadas, por ejemplo. Asimismo, en el maquillaje ecológico, también se pueden encontrar texturas asombrosas y una gran variedad de colores en muchas marcas.
Cosmética natural marcas
Hay que destacar que, en la mayoría de los casos, los cosméticos ecológicos o naturales, por su cuidada producción y elaboración, tienen un precio más elevado que el resto de productos que no cuentan con esta distinción. De igual manera, encontrar estos productos, requiere una búsqueda, aunque cada vez se ofrecen más en supermercados y droguerías, así como están surgiendo muchas marcas de cosmética natural online.
A continuación, os presentamos algunas de las marcas de cosméticos ecológicos y marcas cruelty free 2019 más populares, pero que también tienen una bonita historia detrás.
Alex Carro
Tres puntos en España son claves en la creación de esta firma: Barcelona, donde se ubica su estudio; Galicia, donde nació la semilla de la inspiración; y el parque natural del Montserry, donde obtienen sus productos naturales y se encuentra su laboratorio. En su formulación, los aceites puros esenciales destilados de flores, frutas y cortezas, se combinan con aceites y extractos de plantas y vegetales, para maximizar sus propiedades y crear así productos equilibrados y funcionales. Además, los cosméticos para el cuidado de la piel Alex Carro son multiusos, combinables y unisex.
Jane Apothecary
Jane Colden, la primera mujer botánica que identificó más de 300 especies de la flora de Nueva York, fue la fuente de inspiración de Elena Padilla, creadora de la firma española 100% natural Jane Apothecary. Esta bióloga y experta en cosmética y dermofarmacia, experimentó en su propia piel los beneficios de los aceites esenciales para tratar rojeces, descamaciones, zonas deshidratadas o piel sensible. A partir de esta experiencia, decidió crear una línea de productos, elaborada artesanalmente, con aceites vegetales y esenciales, extractos botánicos, ceras y manteca, y con fórmulas son waterless, es decir, que no contienen agua, solo ingredientes activos.
Apoem o ApoEM
La inspiración para crear esta firma, le llegó a Paola Gugliotta mientras formulaba productos para su familia. Sus productos garantizan que al menos el 99% de sus ingredientes son de origen natural, vegan friendly y cruelty free. Además de su compromiso con el medio ambiente, Apoem también tiene una gran conciencia social, ya que la firma colabora con la ONG Asproseat y cada uno de sus productos es envasado y manipulado por personas con discapacidad o en riesgo de exclusión laboral, para favorecer la igualdad y el equilibrio social.
Maioskin
La gallega Beatriz Barciela es el alma mater de esta firma cosmética. Después de su segundo embarazo, las estrías se convirtieron en un problema; tras probar todo tipo de cremas sin resultado, llegó a sus manos el aceite de Camelia de Galicia. Este descubrimiento, fue el desencadenante para crear los productos Maioskin con potentes propiedades para proteger y regenerar la piel. La extracción del aceite de camelia se hace de forma artesanal, prensando en frío sus semillas y sin añadir ningún aditivo o conservante. Su producción es limitada y los ingredientes proceden de cultivos sostenibles y ecológicos.
Mádara
Su fundadora Lotte Tisenkopfa ama lo natural. Mádara se trata de la primera marca de cosmética ecológica 100% orgánica y del norte de Europa (Letonia), que basa sus fórmulas en estudios científicos sobre las virtudes de las plantas silvestres nórdicas y sus múltiples beneficios para la piel. Tanto la estética como el concepto de sus productos, replican la filosofía de su fundadora, una mujer todoterreno madre de familia numerosa elegida como una de las mujeres más influyentes de Letonia. Muchos de sus productos nacen a partir de sus propios deseos y necesidades, de ahí que tengan como objetivo combatir los efectos del cansancio y la falta de sueño. Además, sus cosméticos naturales pasan los test más exigentes: ha conseguido los certificados internacionales EcoCert, GPM e ISO; además, eliminan de su formulación potenciales alérgenos como los frutos secos y el gluten.
Twelve Beauty
El farmacéutico valenciano afincado en Londres, Pedro Catalá, comenzó colaborando con el Departamento de Botánica de la Universidad de Valencia, y su pasión por los ingredientes naturales, le llevó a crear Twelve Beauty. Sus fórmulas combinan 12 principios activos (lo cual le da nombre a la firma), una mezcla de potentes antioxidantes y nutrientes de origen biológico, que garantizan el bienestar de la piel, mejorando su funcionalidad y manteniéndola más sana por más tiempo. Contiene solo ingredientes ecológicos aprobados y está libre de parabenos, sulfatos, siliconas, derivados del petróleo y extractos glicólicos.
Vera & the Birds
El nacimiento de su hija Vera, enamorada de los pájaros, fue el detonante para que la periodista e ilustradora Alex López Capitelli, convirtiese lo que hasta el momento había sido una afición en su forma de vida. Los productos de Vera & the Birds están hechos con mucho mimo, tanto por dentro como por fuera, gracias a las bellas ilustraciones de su creadora. Más del 90% de sus ingredientes son naturales, no testados en animales, respetuosos con el medio ambiente y formulados y fabricados en España.
Amapola Biocosmetics
Desde el pueblo de San Cristóbal de Segovia, la farmacéutica y amante de la naturaleza Ana Isabel de Andrés, transformó el antiguo pajar de su abuelo paterno en el laboratorio donde surgió esta marca. Aguas florales, agua destilada, aceites vegetales ecológicos, aceites esenciales puros y extractos de plantas, son los ingredientes con los que se formulan los cosméticos Amapola Biocosmetics 100% libres de químicos y sin parabenos. Su producción es totalmente sostenible, con un consumo energético casi nulo y sin generar residuos contaminantes. Además, es bastante económica.
Tarte Cosmetics
Los productos de Tarte Cosmetics no solo destacan por su increíble diseño y su precio asequible. Sus fórmulas están repletas de ingredientes naturales y muchos de sus productos son veganos. Además, la marca asegura que su producción se hace en un ambiente libre de alérgenos. Es destacable y muy bien valorado el Tarte Concealer.
Le Pure
La historia de esta línea orgánica para el cuidado de la piel comenzó cuando su creadora, la austriaca Julia Atzerberger, buscaba una solución a sus problemas de acné. En esa búsqueda, se encontró con una fitocosmetóloga francesa con gran experiencia en formulación ecológica, Marie Carrasquedo, con la que creó Le Pure, la marca de cosmética biológica pura a la que son adictas unas cuantas celebs españolas.
Esta firma austriaca, emplea ingredientes naturales que solo son sometidos a procesos físicos, sin ningún tipo de modificación química. Elaboran las emulsiones en crudo, lo que evita la pérdida de nutrientes y aporta un poder nutritivo a sus fórmulas. Tiene el aval bio de CPAEN (que certifica el origen ecológico de las materias primas) y certificados veganos por PETA.
OZN
Sus esmaltes no solo son veganos y libres de los 7 ingredientes más dañinos que contienen las lacas de uñas convencionales (“7 free”), sino que, además, ofrecen una gama de colores muy amplia, algo poco frecuente en este tipo de productos. Asimismo, OZN también tiene una línea de cuidado para las uñas y un quitaesmalte que no lleva acetona.
RMS Beauty
Esta marca de maquillaje ecológico está arrasando en medio mundo, siendo también muy popular entre celebrities como Meghan Markle. Su fundadora, la maquilladora Rose- Marie Swift, creó esta marca tras comprobar, tras varias pruebas médicas, que en su sangre había metales pesados y pesticidas. Y tras convertirse en una activista contra las toxinas en los cosméticos, creó, en 2008, RMS Beauty que, además de orgánica, se basa en los principios de la raw food o “comida cruda”, de ahí que los ingredientes de sus cosméticos no se sometan al calor para conservar todas sus propiedades curativas. Además, están libres de gluten, soja y parabenos, y no testan en animales. Entre sus componentes, se encuentran el aceite de coco, la manteca de karité y la cera de abeja.
Ilia
Sasha Plasvic, creadora de la firma canadiense Ilia, se asustó al descubrir que entre los ingredientes de su bálsamo de labios favorito se encontraban algunos que no eran seguros. En ese momento, su meta fue formular uno efectivo, natural y seguro, y lo logró, teniendo ahora una gran línea de maquillaje ecológico.
Lük Beautifood
La marca Lük Beautifood fabrica sus productos de maquillaje orgánico únicamente con ingredientes comestibles como las nueces, semillas, granos, frutas y verduras, que contienen una combinación intrínseca y sinérgica de macro y micronutrientes esenciales, como antioxidantes, ácidos grasos, vitaminas, minerales, aminoácidos y fitonutrientes.
Zao Make Up
Zao maquillaje es una marca española que ofrece productos de maquillaje de alta calidad a precios muy asequibles, en bonitos envases recargables de bambú. Zao essence of nature es la primera marca de maquillaje de origen 100% natural y certificada según los estrictos estándares de ECOCERT. También es cruelty free y tiene el certificado Leaping Bunny.
Weleda
Esta marca de origen suizo que empezó en 1921 siendo un laboratorio farmacéutico con su propio huerto de plantas medicinales, es hoy un gran referente de la cosmética natural y responsable en todo el mundo. Tal y como explican desde Weleda, su misión es “ofrecer cosmética eficaz procedente de ingredientes de origen 100% natural y más de un 80% de ingredientes bio, de forma sostenible, ética y con el mínimo impacto para el medio ambiente”. De entre todos los Weleda productos, donde hay grandes clásicos cuyas bondades han sido alabadas por celebrities y maquilladores de todo el mundo, destacan la Weleda Skin Food y la crema Weleda facial de Malva.
Evolve Beauty
De origen británico y elaborada con ingredientes orgánicos y naturales, Evolve tiene como leit motiv la frescura de todos sus productos. Por eso, su creadora, Laura Rudoe, y su equipo, solo realizan pequeños lotes de producto realizados a mano, empleando aceites, mantecas y superfoods o “super alimentos” de todo el mundo, que dan lugar a productos aptos para pieles sensibles, niños, embarazadas y mujeres en periodos de lactancia. Además, sus envases están realizados con materiales reciclados.
Dr. Hauschka
Es difícil hablar de cosmética natural y no hacerlo de esta marca alemana. Dr. Hauschka es pionera en este terreno desde 1967, año en el que empezó a fabricar sus cosméticos a base de plantas medicinales procedentes de cultivos biológicos controlados, con fórmulas sostenibles y certificadas con el aval internacional de cosmética natural y biológica NATRUE. Sus productos son un clásico en farmacias y herbolarios españoles y a ellos son adictas un extenso elenco de celebrities.
Juice Beauty
La actriz Gwyneth Paltrow, se ha asociado a esta marca con sede en San Francisco, siendo la directora creativa y participa activamente en la creación de su línea de maquillaje. Juice Beauty se basa en son soluciones vegetales no tóxicas con la misma funcionalidad que la cosmética tradicional. En todas sus líneas, entre un 70 y un 95% de los ingredientes son orgánicos certificados, y sus fórmulas se basan en jugos botánicos ricos en antioxidantes y vitaminas (de ahí el nombre de Juice Beauty).
Handmade Beauty
Esta marca orgánica española creada por la mexicana Diana Burrillo, encarna a la perfección el mantra “menos es más”. Y es que su línea de belleza orgánica es unisex, es para todo tipo de pieles y para todas las edades. Además, todos sus productos cuentan con el certificado EcoCert y son aptos para celíacos y embarazadas. Handmade Beauty empezó con esmaltes de uñas orgánicos, para seguir después con una básica pero efectiva línea de cuidado facial, corporal y capilar.
Ashes to Life
Esta marca española tiene el objetivo de elaborar productos ecológicos con una pequeña porción de ceniza de los bosques que han sufrido incendios y destinar beneficios de su venta a la restauración de esos mismos bosques, a través de su proyecto medioambiental de Restauración Ecológica, Ashes to Life Project.
Mientras investigan sobre ello, Ashes to Life vende cosméticos ecológicos, como jabones, cremas y sérums, elaborados con cenizas de coco; y otros productos con ingredientes naturales, como células madre de granada o aceite de semillas de cactus chumbera, aunando así la biotecnología con la naturaleza y el cuidado del medio ambiente.
Fuentes: Revista Vogue y La Vanguardia
