
Entre el 26 de Junio y los primeros días de Julio de 2025, con un punto máximo el 30 de junio, una masa de aire polar afectó a la parte sur de América del Sur. Aquí os contamos cómo y por qué tuvo lugar esta ola de frío extremo de Chile y Argentina.
Aunque los Andes y la Patagonia están acostumbrados a temperaturas frías en invierno, la severidad de este evento fue excepcional, afectando incluso a zonas de baja altitud. La ola de frío extremo provocó heladas y temperaturas bajo cero por las mañanas, intensificándose desde la Patagonia hasta las regiones centrales de Chile y Argentina. El 30 de junio, tanto Chile como Argentina se ubicaron entre los lugares más fríos del planeta, excluyendo las regiones polares. Según los informes de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) y del Servicio Meteorológico Nacional de Argentina (SMN), numerosas estaciones meteorológicas registraron nuevos récords de baja temperatura, algunas por debajo de los -15°C. En Chile, incluso nevó en el Desierto de Atacama, un fenómeno excepcionalmente raro.
Cabe indicar que la ola de frío extremo de Chile y Argentina impactó a la agricultura, con informes preliminares de daños a cultivos sensibles en los valles agrícolas del centro de Chile y el norte de la Patagonia, donde las heladas tempranas podrían afectar la producción de frutas y cultivos de invierno. En Mar del Plata, Argentina, la inusual ola de frío afectó a la distribución de gas natural, utilizado principalmente para calefacción. Asimismo, nevadas en localidades que no están acostumbradas a recibirla también interrumpió el transporte y la educación. No obstante, gracias a los pronósticos precisos y las alertas tempranas, no se reportaron víctimas, aunque cabe señalar que el aire frío y estable provocó una acumulación de contaminantes y una mala calidad del aire en varias ciudades del centro de Chile, como Santiago, Rancagua y Talca.
La ola de frío extremo de Chile y Argentina 2025 se debió a la persistencia de un anticiclón de origen polar procedente de la Antártida que se extendió hasta zonas de Paraguay y Uruguay, arrastrando aire polar hacia el norte y provocando temperaturas inusualmente bajas para la temporada. La presencia de este sistema de alta presión frío generó una marcada estabilidad atmosférica, lo que favoreció cielos despejados y heladas intensas. Esto ocurre cuando el vórtice polar, un cinturón de fuertes vientos que mantiene el aire frío sobre el Polo Sur, se debilita. Y detrás de este debilitamiento, se halla nuestro “amigo” el cambio climático.
Fuentes: Organización Meteorológica Mundial y SER

