
El Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) de Barcelona (España), ha desarrollado el nuevo fármaco MSC-1 que evita que las células tumorales se expandan y causen metástasis o recaídas, y que activa el sistema autoinmune para reducir el tumor.
MSC-1 es el fármaco que ha desarrollado el equipo del doctor Seoane en Barcelona y que ha llegado a nivel de ensayo clínico internacional para 40 pacientes del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, el MSKCC de Nueva York y el Princess Margaret de Toronto.
Hace 10 años, el doctor Seoane era un especialista en tumores cerebrales, sobre todo, en glioblastomas. Observándolos, detectó que estos tumores tienen un alto nivel de una proteína que se llama LIF, la cual tiene un papel clave en la evolución. LIF es una citoquina que ha sido diseñada por la evolución durante millones y millones de años para solucionar un gran problema que tienen todos los mamíferos: el hecho de que un ser vivo se integre en otro ser vivo. Es decir, el embrión que se tiene que integrar en el útero de la madre. El embrión tiene antígenos del padre, ¿cómo es que el sistema inmune de la madre no lo rechaza? LIF tiene una función crucial en este contexto, ya que protege al embrión del sistema inmune de la madre; y, por otro lado, también induce la proliferación de células madre embrionarias y, de esta forma, que el desarrollo del embrión siga los pasos adecuados.
LIF se expresa en algunos tumores de manera aberrante, donde tiene un efecto dual: protege el tumor del sistema inmune del paciente de la misma manera que protege al embrión, y promueve la proliferación de las células madre tumorales, así como lo hace con las células madre embrionarias. Así pues, el cáncer hace que LIF desactive el sistema de alarma del sistema inmune, concretamente, LIF inhibe el gen CXCL9, el encargado de llamar a las células T para combatir a las células malignas.
Después de descubrir que LIF tenía un papel en el desarrollo de un cáncer, el equipo del doctor Seoane se preguntó qué pasaría si se bloquea esta proteína. Para obtener la respuesta, se puso manos a la obra y vio que al bloquear LIF en tumores con altos niveles de esta proteína, el sistema inmune se reactiva y llama a las células T, que son capaces de llegar al tumor y destruirlo. Y como elimina las células madre tumorales, puede prevenir las metástasis y las recaídas.
Tras comprobar la potencialidad de LIF como diana terapéutica en modelos animales, Seoane creó Mosaic Biomedicals, una «spin-off» del VHIO para desarrollar y trasladar fármacos lo más rápido posible a los pacientes. Y con financiación del European Research Council, la Asociación Española Contra el Cáncer, la Fundación FERO y el programa CAIMI del BBVA, han desarrollado el fármaco MSC-1 para bloquear LIF, el cual se puede decir ya que es seguro y bien tolerado en pacientes con tumores sólidos avanzados, tras el primer ensayo clínico fase I con 40 pacientes que se trataron con inhibidores de LIF en el Hospital Vall d’Hebron (Barcelona), el MSKCC (Nueva York) y el Princess Margaret (Toronto). Asimismo, en una fase II se ha visto que combinado con el fármaco inmunoterapéutico anti-PD1, el fármaco MSC-1 es capaz de detener el crecimiento del tumor y conseguir que desaparezca, porque juntos generan memoria inmunológica.
“Estamos superorgullosos de MSC-1 porque pocas veces pasamos de un descubrimiento en el laboratorio a diseñar un fármaco que puede ayudar a los enfermos de cáncer. No hay muchos casos de un fármaco desarrollado en Barcelona que llegue a nivel de ensayo clínico internacional y en hospitales de este calibre, que son de los mejores del mundo», dice el director del co-Programa de Investigación Preclínica y Traslacional del Vall d’ Hebron Instituto de Oncología (VHIO), Joan Seoane, investigador principal del Grupo de Expresión Génica y Cáncer y profesor ICREA.
Sin embargo, cabe indicar que este tratamiento no es válido para todos los tipos de cáncer. Sirve para tumores con altos niveles de LIF como los de páncreas, ovario, próstata, pulmón y glioblastomas, que suelen ser agresivos y de mal pronóstico.
Fuentes: Vall d’Hebron y La Razón

