En una economía lineal como la actual, nos enfrentamos a la escasez de recursos, subida de los costes y notables impactos ambientales. En este sentido, el reciclaje nos permite obtener nuevos productos sin la necesidad de requerir más materia prima, contribuyendo a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y al ahorro energético. En el caso de los metales, su reciclaje es un proceso clave para la sostenibilidad de las industrias. Actualmente, gracias a ello, en la Unión Europea solo se produce alrededor del tres por ciento de los componentes necesarios para mantener una demanda creciente de metales. Así pues, hay varias empresas de reciclaje en España que se dedican a recuperar residuos metálicos para convertirlos en nueva materia prima, lo cual ayuda a garantizar el abastecimiento de metales y a cumplir con los objetivos del Pacto Verde de la UE.
En este artículo sobre el reciclaje de metales, os contamos qué metales se pueden reciclar, cómo es el proceso de reciclaje metales y qué beneficios y aplicaciones tiene para la industria.
¿Qué tipos de metales se pueden reciclar?
Existen muchos tipos diferentes de metales que se pueden reciclar, pero también hay otros que no. Estos son los principales metales que se pueden reciclar y las formas más habituales en las que podemos encontrarlos:
- Latón: Este metal resulta de la unión del zinc y el cobre, lo cual le otorga su color dorado característico. Es por esto que se usa principalmente para la bisutería y piezas decorativas.
- Cobre: Es un excelente conductor eléctrico y por eso se utiliza en canalones, cables, conductores, cacerolas, ollas, tuberías, etc. Se recicla para crear nuevos conductos eléctricos y tuberías.
- Bronce: Esta aleación de estaño y cobre se ha utilizado desde la antigüedad para la fabricación de joyas y decoración, estatuas, pomos de puertas, etc.
- Aluminio: Se emplea en una extensa lista de productos de uso común en el día a día como puertas, ventanas, muebles de jardín, utensilios de cocina, platos, latas, bicicletas, herramientas, etc. Se recicla para fabricar nuevas latas, papel de aluminio y demás.
- Acero: Es el metal más reciclado del mundo y también está muy presente en todo tipo de productos. Algunos ejemplos son fregaderos, sartenes, equipo y mobiliario de jardín, motores, herramientas, latas, hornos, etc. Se recicla para para hacer nuevos productos de construcción y menaje.
- Hierro: Al igual que el acero y el aluminio, este se emplea muy a menudo, por ejemplo, en puertas, herramientas, tornillos, etc.
- Níquel y aleaciones especiales: Usados en industria y tecnología, se recuperan para nuevas aplicaciones.
- Zinc: Presente en baterías, se recicla mediante procesos específicos.
Cabe indicar que el oro y la plata también se puede reciclar, sin embargo, son mucho más costosos y se necesita más energía.
Otros metales como el plomo o el mercurio, en muchas ocasiones no podrán reciclarse debido a que perderían sus propiedades tras un sólo uso, además de que son tóxicos y requieren una manipulación muy cuidadosa.
Cómo es el proceso de reciclaje de metales
El reciclaje de metales es más complejo que el de otros materiales y varía según el tipo de metal. Comienza desde que el usuario o la empresa separa sus residuos y los deposita en el contenedor amarillo o en un punto limpio. A continuación, en general, tendrán lugar los siguientes procesos o etapas en el reciclaje de metales:
- Recogida estratégica:
En primer lugar, se lleva a cabo una recogida metódica de productos y desechos metálicos, los cuales pueden provenir de diversos sectores, como la industria automotriz, la construcción o los electrodomésticos. Para ello, se entregan los residuos de metal a empresas que se dedican a recolectarlos; por lo general, estas llegan a un acuerdo con la empresa dueña de la chatarra sobre el precio a pagar y la frecuencia con la que se realizarán las recogidas.
- Clasificación:
Una vez recopilados, los metales pasan por un proceso de clasificación meticuloso. Aquí se separan según el tipo de metal. La precisión en esta etapa es clave para obtener materiales homogéneos y de alta calidad. Para ello, se suelen emplear imanes, sensores y raspadores para clasificarlos y eliminar impurezas.
- Trituración y procesamiento inicial:
Una vez separados, el siguiente paso es compactar los metales para facilitar su manejo. Tras ello, comienza el proceso de trituración, con el objetivo de reducir el volumen de los residuos metálicos para ahorrar energía en la fundición. Este proceso facilita el manejo y transporte de los metales reciclados.
- Fundición y purificación:
En esta fase, las piezas de metal resultantes de la trituración pasan por un horno para ser fundidos. Y para asegurarse de que los metales procesados están libres de impurezas, se emplean técnicas como electrolisis o mecanismos magnéticos que eliminan posibles restos de metales o materiales indeseados.
Este es el proceso que marca la diferencia con la fabricación de metales completamente nuevos, ya que el reciclado utiliza mucho menos calor y agua que el proceso de producción de metales desde cero.
- Moldeado:
A continuación, el metal fundido se vierte en moldes para formar lingotes, barras u otras formas que servirán como materia prima secundaria.
Luego, el metal fundido pasa por un proceso de enfriamiento que lo deja listo para ser reutilizado y reincorporado a distintas cadenas de suministro.
- Producción de nuevos productos con los metales reciclados:
Finalmente, los lingotes de metal reciclado se convierten en nuevos productos. Desde envases hasta componentes electrónicos, cada artículo reciclado contribuye a un futuro más sostenible.
Beneficios y aplicaciones del reciclaje de metales en la industria
Además de todos los beneficios ambientales que aporta el reciclaje en sí (menor contaminación, conservación de los recursos naturales, ahorro de energía, etc.), el reciclaje de metales proporciona los siguientes beneficios y aplicaciones para las empresas e industrias:
- Economía circular: Los metales pueden reciclarse infinitamente sin perder calidad, cerrando el ciclo de vida de los productos.
- Valorización: El reciclaje de metal, convierte residuos en materia prima valiosa, generando ingresos.
- Reducción de costes y desechos: El metal reciclado es más barato que el virgen, bajando costes de producción. Esto se traduce en productos más asequibles para los consumidores y una mayor competitividad en el mercado. Así, las empresas pueden ofrecer precios más bajos o mantener sus márgenes de beneficio, lo que puede resultar en mayores ventas y una ventaja competitiva. Y por otro lado, el reciclaje de metales reduce la cantidad de desechos que deben ser eliminados en vertederos o a través de métodos costosos de tratamiento de residuos, lo cual se vuelve más relevante cuando la cantidad de residuos de una empresa es muy elevada, como se da en la construcción y la demolición, la industria automotriz y la fabricación.
- Crecimiento económico: El reciclaje de metales genera una amplia variedad de oportunidades de trabajo para trabajadores cualificados que llevan a cabo múltiples funciones como recolección, clasificación y procesamiento de residuos metálicos. Además, el reciclaje de metales puede fomentar la creación de empleo en las comunidades locales, ya que muchas operaciones de reciclaje son pequeñas y operan a nivel regional.
- Independencia en cuanto a obtención de materiales: El reciclaje de metal reduce la dependencia de la importación de materias primas.
- Ingresos por la venta de metales reciclados: Tanto empresas como individuos pueden obtener ingresos adicionales mediante la venta de metales reciclados. Este ingreso puede ayudar a compensar los costos asociados con la recolección y el procesamiento de materiales reciclables. Además, en ocasiones, el reciclaje puede convertirse en el principal modelo de negocios de una empresa.
- Materia prima más económica para diferentes industrias: Automotriz (fabricación de vehículos más ligeros y eficientes, piezas de carrocería y componentes), Construcción (estructuras metálicas, tuberías, agregados para hormigón), Electrónica (recuperación de cobre, oro, plata, paladio en cables, placas y dispositivos), Manufactura (electrodomésticos, maquinaria, herramientas, utensilios), Energía (cables eléctricos, catalizadores, baterías).
- Fomento de la innovación: El reciclaje de metales también fomenta la innovación en la gestión de residuos y la metalurgia. A medida que la demanda de metales reciclados aumenta, se invierte más en la investigación y el desarrollo de tecnologías más eficientes y sostenibles. Estas innovaciones pueden incluir mejores métodos de reciclaje, procesos de recuperación más eficaces y la creación de productos con un diseño que facilite su futura reciclabilidad.
- Cumplimiento normativo: El reciclaje del metal ayuda a las empresas a cumplir con una legislación nacional y europea cada vez más estricta en materia de residuos, lo que ayuda a evitar multas y sanciones. De hecho, esta es una de las vías que está permitiendo a la industria automovilística reutilizar, recuperar o reciclar el 95% de cada vehículo, cumpliendo así con la normativa europea que marca la Directiva 2000/53/CE).
- Sostenibilidad a largo plazo: Al promover el reciclaje de metales, se fomenta un modelo económico más sostenible, reduciendo la dependencia de recursos no renovables y promoviendo un uso más consciente de los materiales.
Como hemos visto, el reciclaje de metales es un proceso algo complejo pero que merece mucho la pena implementar, ya que muchos metales se pueden reutilizar casi infinitas veces y ofrece importantes beneficios para las empresas y el medio ambiente, siendo una buena solución para la generación y gestión de residuos y la obtención de materias primas que se están viendo limitadas en la naturaleza.
