
La Legionella spp. o Legionella pneumophila es una bacteria ambiental que se encuentra de forma natural en entornos acuáticos, especialmente en aguas estancadas con temperaturas templadas entre 25°C y 45°C, desde donde puede colonizar los sistemas de abastecimiento de agua de las ciudades, incorporándose a las redes de agua de los edificios y a otros sistemas que requieren agua en su funcionamiento; convirtiéndose así la Legionella en un riesgo ambiental y en un problema serio de salud pública si no se controla adecuadamente. En este artículo, vamos a ver cómo se puede prevenir la Legionella para así evitar daños mayores.
Antes de nada, cabe indicar que la Legionella no se transmite de persona a persona, ni por beber agua contaminada, sino por inhalación de aerosoles (pequeñas gotas de agua en suspensión en el aire) que contienen la bacteria. Cuando la Legionella llega a los pulmones de la persona que inhaló los aerosoles, puede causar una infección conocida como legionelosis, que se presenta en dos formas: enfermedad del legionario, una neumonía grave, con fiebre alta, tos seca, dificultad respiratoria e incluso riesgo de muerte en los casos más severos; o Fiebre de Pontiac, un cuadro más leve, parecido a una gripe común, que se resuelve por sí solo.
Asimismo, es destacable que la Legionella se ve favorecida por la formación de biofilms: comunidades de microorganismos como bacterias, hongos o algas, que se adhieren a superficies húmedas, como el interior de tuberías, depósitos, grifos o duchas, formando una especie de “capa viscosa” que protege a las bacterias frente a agentes desinfectantes.
En general, los lugares más vulnerables y frecuentes para la Legionella son:
- Torres de refrigeración y condensadores evaporativos, donde el agua se pulveriza y puede liberar aerosoles contaminados.
- Sistemas de agua caliente sanitaria, como duchas, grifos o calentadores, de hoteles, hospitales o comunidades de viviendas, teniendo mayor riesgo si disponen de acumuladores de agua.
- Jacuzzis, spas y piscinas climatizadas, especialmente las de hidromasaje.
- Fuentes ornamentales (tanto en espacios interiores como exteriores), sistemas de riego por aspersión y nebulizadores.
- Sistemas de aire acondicionado industriales, especialmente si están mal mantenidos.
- Equipos médicos de terapia respiratoria, como humidificadores o nebulizadores.
- Instalaciones de agua potable con temperaturas del agua superiores a 25°C.
- Dispositivos técnicos como inhaladores, irrigadores bucales o humidificadores.

Medidas de prevención de Legionella en instalaciones y viviendas
Se puede controlar y prevenir la Legionella si se adoptan las medidas adecuadas. La clave está en mantener en condiciones higiénico-sanitarias óptimas todos aquellos sistemas que utilizan agua y que pueden generar aerosoles.
Así pues, la mejor forma de prevención de Legionella es mediante la contratación de una compañía especializada como Trakta, la cual se dedica al tratamiento y control de Legionella (entre otros servicios) en las provincias españolas de Valencia, Castellón, Alicante y Murcia.
Entre las medidas medioambientales para prevenir la Legionella que llevan a cabo empresas especializadas o que incluso puedes realizar tú mismo/a, tenemos:
- Controlar la temperatura del agua: Mantener el agua caliente sanitaria a más de 60°C en el acumulador y por encima de 50°C en los puntos de uso, mientras que el agua fría debe mantenerse por debajo de 20°C para dificultar el desarrollo de la bacteria.
- Tratamiento químico del agua para eliminar las bacterias.
- Ventilar adecuadamente las habitaciones donde se utilizan sistemas de agua caliente.
- Crear un plan de mantenimiento para los sistemas de agua: Dicho plan de mantenimiento debe incluir las revisiones regulares para garantizar el correcto funcionamiento de los sistemas de agua y equipos relacionados junto a las tareas de limpieza y desinfección, así como la frecuencia con la que deben realizarse.
- Evitar el estancamiento del agua: Revisar los sistemas de agua en busca de lugares donde pueda estancarse el agua. Dejar correr el agua en todos los grifos y duchas que no se usan con frecuencia, especialmente tras ausencias prolongadas. En viviendas vacías, dejar correr el agua durante unos minutos antes de usarla.
- Limpieza y desinfección regular de grifos, difusores, cabezales de ducha y bañeras: Al menos una vez al año se recomienda desmontar los difusores y/o filtros y desinfectarlos, sumergiéndolos, por ejemplo, en lejía diluida. Así, se eliminarán los posibles biofilms.
- Control regular del pH y concentración de desinfectante en el agua de las piscinas, así como limpiar y mantener los sistemas de filtración.
- Limpieza y desinfección periódica de fuentes ornamentales, spas, piscinas y similares, incluyendo un análisis y un mantenimiento químico y biológico, mediante productos químicos autorizados.
- Eliminación de sedimentos y materia orgánica: Los lodos, algas y restos orgánicos en aljibes, acumuladores y depósitos son nutrientes para la Legionella.
- Revisión y mantenimiento de sistemas de climatización, según la normativa vigente.
- Limpieza y mantenimiento de torres de refrigeración: Las torres de refrigeración son elementos esenciales en muchos edificios e instalaciones industriales, pero también pueden convertirse en un riesgo sanitario si no se mantienen correctamente. El mejor momento para llevar a cabo la limpieza de torres de refrigeración es antes del invierno o durante las paradas programadas del sistema. En esta época se aprovecha para vaciar los circuitos, eliminar incrustaciones, limpiar depósitos y aplicar productos biocidas autorizados.
- Muestrear y analizar periódicamente el agua para detectar la presencia de la bacteria.
- Realización de una evaluación de riesgo regular para identificar posibles puntos de riesgo y tomar medidas preventivas adicionales si es necesario
- Actuación ante anomalías: Si se detectan malos olores, agua turbia o cualquier alteración en los sistemas de agua, se debe notificar de inmediato y corregir la situación cuanto antes.
- La elaboración de un plan de prevención y control de Legionella (PPCL) es fundamental y obligatorio para todas las instalaciones para cumplir con la normativa vigente y garantizar un control efectivo de la bacteria. Este plan debe ser elaborado de manera personalizada para cada instalación, teniendo en cuenta sus características específicas y los riesgos asociados.
- Elaboración de un Plan Sanitario frente a Legionella (PSL): Este es opcional y se basa en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, centrándose en la evaluación de riesgos y en la implementación de medidas específicas para reducir la entrada y la propagación de la bacteria.
- Formación e información: Todo el personal encargado del mantenimiento o limpieza debe estar debidamente formado sobre los riesgos y saber cómo prevenir la Legionella. Igualmente, los responsables y usuarios de las instalaciones deben ser conscientes de los riesgos asociados a la Legionella y conocer las prácticas seguras de prevención.

Normativa sobre la Legionella en España: Real Decreto 487/2022 y RD 614/2024
La importancia de prevenir la Legionella no es solo una cuestión de salud pública, sino también de cumplimiento legal. En España, existe una normativa específica que regula cómo deben mantenerse las instalaciones de riesgo.
Así, el Real Decreto 487/2022 establece los requisitos sanitarios para la prevención y el control de la legionelosis en todas aquellas instalaciones que utilicen agua y puedan generar aerosoles. Sus obligaciones clave son:
- Implantación de Planes de Prevención y Control de Legionella (PPCL)
- Mantenimiento de temperaturas seguras del agua (caliente > 60°C y fría < 20°C)
- Limpieza y desinfección periódica de sistemas de agua
- Eliminación de zonas con agua estancada
- Toma de muestras por entidades acreditadas
- Registro documental detallado
Y el Real Decreto 614/2024 refuerza la normativa anterior, pero incluyendo ahora la definición ampliada de “titular de la instalación”, la obligación de actualización continua de los planes de control y la fecha límite de acreditación de hasta el 1 de enero de 2030.
Estas normativas afectan a hospitales, hoteles, gimnasios, sistemas de climatización, torres de refrigeración, fuentes, spas, piscinas climatizadas, etc., quedando excluidas las viviendas particulares, salvo que puedan afectar al ambiente exterior.

Como hemos visto, prevenir la Legionella es fundamental para garantizar la seguridad y el bienestar de las personas en cualquier instalación con agua. Sin un adecuado plan de prevención, existe un alto riesgo de proliferación de la bacteria y de brotes de enfermedad. Asimismo, cumplir con la normativa vigente es crucial para proteger la salud pública y evitar consecuencias graves. Además, un control efectivo de la Legionella también contribuye a mantener la reputación y la confianza de los usuarios hacia la instalación.

